Foucault y su reconocimiento al Bajo Pueblo:
«Por otra parte, este sistema penal (desde sus inicios) se aplicaba, de modo privilegiado sobre todos los elementos más móviles, más agitados, más violentos de la plebe; aquellos que estaban más dispuestos a pasar a la acción inmediata y armada; sobre el granjero endeudado a abandonar su tierra, el campesino que huía del fisco, el obrero perseguido por robo, el vagabundo o el mendigo que se negaba a limpiar los fosos de la ciudad, los que vivían del merodeo por los campos, los pequeños ladrones y los bandoleros de caminos, los que en grupos armados, atacaban al fisco o, de un modo general a los agentes del estado, y los que finalmente, los días de motín en los pueblos o en el campo, llevaban las armas y el fuego (…) eran estas gentes peligrosas (…)”
Tesis Subversion Y Delincuencia, Pág. 132, cita de Foucault, Michel. “Un diálogo sobre el poder”. Ed. Madrid, Alianza Editorial, 1997, Pág. 35